Thursday, March 11, 2010

Delirios bluseros


Esa necesidad de olvidar su yo en la carne extraña, es lo que el hombre llama noblemente necesidad de amar.
Charles Baudelaire


Música de Tom waits y un cigarrillo a medio apagar. La botella de champagne ya se había terminado. La habitación se hacía tan alta y el parqué estaba tan frío que era imperante el levantarse. No existía lugar en esa habitación que contuviera lo que buscaba... nada!. Me levanté y me largué!.
Así caminaba por la noche Santiaguina, recién pagado, como un jornalero, con los bolsillos llenos de pequeños billetes, zigzagueando entre faroles y faroles... hasta que esa luminaria roja me indicó que había llegado a mi lugar.
Ding dong
Mientras miraba la camarita de seguridad un zumbido eléctrico me alerto, de un salto, que había sido aceptado. Empujé la puerta y entré.
En el interior el aire se respiraba como en camarines, húmedo y lleno de olores que el desodorante ambiental, de "luca", no cubría. En un mesón grande me esperaba la madamme.
"Buenas noches señor"
"Muy buenas noches", estaba complicado. Era la primera vez que entraba a un puterío. La mami, como un cazador innato, pudo oler mi nerviosismo desde la puerta de entrada.
"Primera vez que solicita nuestros servicios?"
"Noooooo", dije confiado, "Lo que si es la primera vez que vengo pa acá". Mentía como un estúpido.
"Muy bien. Por favor siéntese en el sillón. Van a empezar a salir las señoritas de a una y le dirán su nombre. Si tiene una o más en mente recuerde su nombre "
Bajo una roja y fea lamparita china se encontraba un sillon de felpa rojo, de esos que algun día fueron cómodos. El resorte que se me incrustaba en el culo me dejó en una posición un tanto tensa. Como la señora había presagiado, las luces de la habitación bajaron su intensidad y una a una comenzaron a desfilar ante mis ojos.
"Hola, soy Andrea Francisca"
"Hola, soy María Isabel"
"Hola, soy Francisca Javiera"
Y así pasaron una a una las señoritas en cuestión, cada una de ellas con sus raros nombres y talles de princesas rusas... hasta que apareció ella... "Hola, soy Marjorie Scarlett".
Mis ojos se iluminaron y era obvio que ella sería la elegida. Pasaron frente a mi tres o cuatro chicas más y el desfile se acabó. Por el mismo pasillo apareció la madamme quien gentilmente pregunta.
"¿Ya tiene su elección el señorito?"
"Pero obvio, quiero a Marjorie Scarlett".
"Mmmm, gustos tradicionales", tomó un citófono y pausadamente dió la orden "¿Marjorie?, ¡espera al caballero en la pieza 6!. Por aquí señor".
"Oiga?, disculpe?, le dejo cancelado?"
"Nooo.. no se preocupe, Aquí se cobra por servicio. Si usted me cancela y se le ocurre agregar alguna cochinadita adicional tendría que hacerle dos boletas. Y nuestro contador esta sobrepasado de trabajo con los vales del congreso. Por aquí por favor".
Cuando entré en la habitación la puerta se cerró sin hacer ruido, pero ya estaba condenado.
"Hola muchacho, ¿En que te puedo satisfacer?"
"Hola Marjorie, ¿sabes?, ando buscando que me apapachen."
"¿Cómo?, ¿y qué es eso?. ¿Es algo que se la hace al pene?"
"¡Noooo!, na que ver. Es algo totalmente distinto a lo que estas pensando"
"Mmmmm, Nunca he satisfecho a un hombre por su trasero. ¡Esto le va a salir mas caro!, ¿ah?. Mire que no tengo guantes y el riesgo.. usted sabe"
"¡Pero señorita!, ¡No es lo que imagina!. Quiero que me haga cariño mientras vemos televisión".
...
...
...
...
"¡Chucha!"
Desesperada tomó el citófono que había en la pieza y marcó el cero.
"¿Madamme?, tenemos un problema en la 6"
"Oiga señorita, qué es lo raro..."
"¡Por favor espéreme!"... me interrumpió. "Ya va a venir la Madamme a solucionar todo. Por mientras siéntese y tenga paciencia".
No pasaron 30 segundos y se escucho el TOC TOC. Marjorie Scarlett abrió con urgencia.
"Madamme!, este caballero me pidió unas cosas que no están en el manual. ¿Cómo se cuanto cobrarle?. Mire usted que despues...."
"Shhh.. calla chiquilla. Déjame hablar con el caballero."
Se sentó al frente mío.
"Señor?, que es precisamente lo que quiere?"
"¿Quiero que me apapachen?"
"En el pene?"
"No, quiero que me hagan cariño en mi cabecita mientras vemos televisión"
"Pero esto es una casa de putas. Acá se tiene sexo y sodomías varias. ¿Por que vino para acá?"
"No se me ocurrió otro lugar donde hicieran lo que pidiera sin cuestionar"
"Pero usted quiere cariño. ¿Cómo le cobro el cariño?"
"No se puh. Vea que tan exigente es y me lo carga con el valor de alguna maniobra sexual de alto riesgo".
"¿Pero usted esta loco?, ¿Cómo se le ocurre que voy a exponer a mi Marjorie Scarlett a un trauma sentimental?. Esto es un puterío decente, aquí se le paga a la chicas solo por lo acordado en el contrato de trabajo, durante la jornada laboral, según la ley del trabajador"
"Pero señora..."
"¡Madamme!, y la boca te queda donde mismo, ¡insolente!. Te fuiste de aquí cabrito, esto es un puterío de prestigio y no aceptamos a enfermos como tú con sus ideas raras. Aquí lo que manda es el sexo y el dinero".
Entre mi alcoholismo patente y mi pica por el mal trato ante mis méndigas peticiones metí mis manos al bolsillo y lancé todos los billetes al aire.
"Ahí tienen el dinero que tanto quieren. Ahora, ¿cuál de las dos me hará cariño? ". Parece que la cagué al incluir a la madamme.
"¿Qué estas insinuando?, ¿Que yo soy capaz de darte cariño?. ¡Marjorie Scarlett!, recoge todo el dinero del caballero mientras llamo a seguridad". Tomó el citófono y marcó nuevamente el cero.
"Francisco Andrés, ¡por favor ven con los muchachos a la pieza 6!. Clave sentimiento"
"Pero señora, no es necesario alterarse tanto por..."
"Cállese la boca, ya nos insultó a Marjorie Scarlett y a mi. Ha ofendido también el espíritu de esta noble y larga tradición de putas que lleva esta casona".
Entraron dos gorilas a la pieza 6
"Juan Francisco, Luis Alberto, llévense a este caballero y métanlo en un taxi"
Me tomaron de los brazos y me levantaron del suelo.Ya estaba indignado
"Pero pucha!..."

Dió lo mismo todo lo que patalíe y forcejié. Estos dos gorilas sabian lo que hacían. Hicieron parar un taxi mientras sacaban mi dirección de licencia de conducir en mi chaqueta.
"Señor Taxista, Lleve a don Tapio a la intersección de avenida Tigris y Río Éufrates. Tome, nosotros pagamos el viaje".
Y así partió el mentao auto, llevándome por las callecitas de mi Santiago querido, una noche de verano, donde me quedé con un tremendo cuello pues nadie... pero nadie... me apapachó.


"Fade into you", Mazzy Star

3 comments:

Carlitox said...

Casas de puta hay muchas...

Y ni una maldita casa de apapacho.


PS: La voz de Hope es como un apapacho pero sin contacto físico.

Narvandi said...

Lindo...

Me has enternecido profundamente.

Para apapachos, mmmm, las amigas sirven?
Por lo menos consolaran en algo.
Y cuando quieras te hago "arañitas".

Un besote, inmenso d ela vida.

Un Mono said...

Alguna vez leí un artículo sobre prostitución donde comentaban que había muchos pedidos de este tipo.

Tal vez debiésemos abrir una casa de "apapachos" (uf, me suena a extranjera la palabra. De donde yo vengo tenemos una muy específica para este tipo de cosas).