Instrospección.


Uff.. soledad. Bendita perra que me abrazas día a día. Hace cuanto tiempo que no estábamos juntos, hace cuantas noches que no te besaba tiernamente y apretaba entre mi ser. Eres una puta, más trágica que la muerte, pues ella al menos promete un descanso, anhelada y gélida quimera. La habitación, larga; mi cama , ¡gigante!. No quiero que uses todo el espacio, no quiero que seas mi amante eterna.
Buscando, recapitulando... pienso: ¿que demonios he hecho mal?, ¿donde esta el pequeño punctum que encierra la fómula de la plenitud?. ¿es acaso posible abrazarla". ¿Efímera?, ¿intangible?, ¿imperceptible?, ¿real?. La miro y no la encuentro, si la ignoro me persigue. Un cántico, una aparición, una revelación. Funciona casi como un anzuelo, dispuesto cuidadosamente para que nos acerquemos. El minuto de descuido exacto para que la muerte emerja desde el abismo, nadando con ira y abriendo su manto de podredumbre destruya la forma que con pequeños sueños armaste tu cuerpo. Así quedar a la deriva moribundo, en una agonía infame de mielosa lentitud.
Ay!, destino incierto. En el cráneo de mi padre buscaré la desición, en el laberinto de los egos buscaré la ecuación.
¿Cuál?, ¿cuál de todos esos yo?.
¿Por que he de darte el que tú quieres?. Rectitud, ¿eso quieres?. ¿Politicamente correcto, imbécil?.
Mira hacia adentro, ojos blancos y concentración. Busca... busca. Encontrarás al primero, ese "tú" que se vendio al demonio, ese "tú" que si puede sonreir. ¿de que hablamos?, ¿soy mi desfachatada conciencia?, ¿o soy mi inconciencia disfrazada de luzbel?. Lobo con los pelos por dentro.
Eso gritos... esas manzanas rojas y brillantes empuñadas en la mano de una bruja. Como la cuncuna preguntandole a Alicia desde su hongo: ¿Quién es uno?.
Te miro y el cristal encorva tu figura. Se ironiza, se enfatiza, se mancilla... Veo el que soy, el que quiero ser y el que debo ser. Debo matar dos... ¿cuál?.
¿Como pensar vilmente golpeado con los maderos de ese puerto viejo?, ¿de aquel en que nos embarcamos?. Tu puerto, mi puerto; Tu barco, Mi barco; tus mapas... mi olfato. Con el corazón ancle la luna y con mis venas el puente te extendí.. pero para subir hay que saltar al vacio... ¿porque tanto tiempo?. ¡Huyamos!, ¡huyamos!, no hay mas que mi corazón, pero las venas se secaron, las amarras se cortaron... carabelas a la deriva.
Nacido nuevamente a la instrospección la alquimia solo transmuta un arcano... el uno, el loco. Debo caminar.